7 abr 2011

Petróleo, sangre de la tierra

LQSomos. Zerimar Ilosit. Abril de 2011.

Como es bien sabido, y hoy más que nunca, debido a las constantes situaciones de guerras y terrorismos, ¿o serán terrorismos y guerras?, que el mundo viene soportando, es pues que aquí daremos unos pequeños apuntes sobre aquello por lo que es comúnmente más conocido el petróleo, el de “Oro Negro”, o mejor dicho, como encabeza el escrito “Sangre de la Tierra”. Eso no quita decir también que él sea extraído con y por la sangre de muchos Hombres...

Así pues el petróleo es el tema de mayor actualidad hoy en todo el mundo, pero la cuestión es mucho más antigua, eso sí, no universal porque en aquellos tiempos las energías a utilizar eran la atracción animal, humana, hidráulica, etc. No existían motores, altos hornos, electricidad, TV, ordenadores, todo esto directa o indirectamente necesitan petróleo para su funcionamiento.

La historia de la Humanidad constata que ya los pueblos árabes, antes de nuestra era lo llamaban “NAFTA”, vocabulario que viene a significar “lo que chorrea de las piedras”.

Anteriormente ya los romanos lo llamaron “Petra Olium”, que viene a tener el mimo significado. Era conocido por los griegos, Heródoto, padre de la historia allá por el 484-420, a. n. e. (antes de nuestra era), dejó constancia que en Susa, antigua ciudad de Persia, hoy Irán, hace unos 3 mil años a. n. e., extraían de ciertos pozos cera, sal y aceite, éste llamado “radinake”. Lo hacían por medio de odres de pieles de cabras colgados de cuerdas. 

El romano Plinio, el Viejo, (23 a. 79 d. n. e.) en su Historia Natural se refiere a las “aguas negras inflamables”, y confirmaba que en ciertos lugares “corrían canales de fuego”. Aún registró que en Farselis, tal vez la hoy Fars, al norte del golfo Pérsico, allí encontró una montaña donde desde hacía años salía constantemente una lengua de aceite que en la India ese líquido era usado en la iluminación. Heródoto que no fue historiador de quedarse en casa, salía por los campos y registraba los hechos en sito, escribió que en Babilonia las calles estaban pavimentadas con éste producto.

Obviamente, no caben dudas que el petróleo y sus derivados, por supuesto, no aplicados y usados como se hacen hoy, ya fueron bastante conocidos en la antigüedad.

En relación con el pueblo hebreo consta que más de una vez usaron el asfalto y betún. Según sus historiadores Noé calafeteó su arca precisamente con betún. Otro dato curioso, a parte del cómo se quiera interpretar, las desaparecidas ciudades de Sodoma y Gomorra, próximas al Mar Muerto, pudo ocurrir  que debido a una explosión de gas petrolífero sucumbiesen. De ahí que el mito de esas ciudades relacionadas con la mujer de Lo fuese ella convertida en estatua de sal debido a ese fenómeno. 
Lo curioso del caso es que en la actualidad, junto a ese Mar Muerto, los hebreos extraen asfalto, potasio, fosfato y sal, pero no petróleo, éste podría haber existido y oxidado con el contacto del aire y la acción del tiempo.

No menos curioso aún es que el petróleo en la antigüedad, además de los usos ya mencionados, también se consideró medicinal. El griego Ktesias, médico en la corte de Ciro II, el Grande, (558-528 a. n. e.), lo usaba en curas consideradas milagrosas. Siglos posteriores, en el mundo romano el médico Dioscórides, encontraba sustancias utilísimas para el tratamiento de varias molestias patológicas, sobre todo de la piel. Otro dato a no olvidar, en el antiguo Egipto de los faraones, el betún era usado en la preparación de las momias.

Ya en los comienzos del siglo XIX los indios norteamericanos mojaban unas mantas con petróleo en la área de Oil Creek, Pensilvana, allí él afloraba como un manantial por lo que llegaban a usarlo como medicamentos. Por los años de 1870 y cuando el petróleo ya era explotado comercialmente, un cierto Samuel Kier lo refinaba vendiéndolo como “aceite de piedra”, recomendable en la cura del cólera, callos, dolores de dientes, neuralgia, etc. 

Pero no nos precipitemos. Volvamos otra vez al pasado. El más viejo campo petrolífero conocido es el que está situado en la península hoy llamada Apsheronski, en Rusia, mar Caspio, ahí y por muchos años hubo una gigantesca hoguera que las tribus vecinas adoraban como si el fuego fuese un dios. Se cree que Zoroastro al llegar a aquellos parajes con sus discípulos, pudieron haber fundado una religión como los adoradores del fuego en el siglo VI y VII a. n. e. No permitían que los muertos fuesen enterrados ni quemados para no profanar la tierra y el fuego, pero sí expuestos en lugares desérticos. Aún hoy en aquellas regiones se pueden ver ruinas que atestiguan el culto al fuego. 

En el siglo VII de n. e., el Islam invade Persia, pero el culto aún perduró por un tiempo. En el XVII, allí el petróleo era considerado una plaga, al emanar naturalmente contaminando las tierras y las aguas. Y así estaríamos narrando lo que el petróleo para algunas civilizaciones del pasado lo consideraban beneficioso y otras destructivo, llegando hasta la actualidad con el mismo problema. Es beneficioso en unos aspectos, sin él parte de la Humanidad, pues insistimos que no es toda, ella no hubiera sido posible llegar al progreso a que tiene llegado, en otros es muy destructivo. Sobre ésta última cuestión nos referimos concretamente al uso indiscriminado y fanáticamente del que se hace uso de él hoy.

Concretamente resulta que y reconociendo el progreso aportado y los prejuicios a que también nos está llevando, mejor dicho ya son palpables, aún lo serán mucho peor. Empezaríamos diciendo que las contaminaciones son escalofriantes, hasta el punto de cambiar la climatología, principal componente en la vida de los terráqueos y sus homólogos reinos animal, vegetal y mineral. Pero aún hay más, los conflictos bélicos y económicos que cada vez son insoportables pudiendo llegar la Humanidad a su propia destrucción. Eso es cada vez más palpable, solamente hay que enchufar la TV con el agravante de aquellos que no lo quieren reconocer con lo cual cabe pensar que aquellos poderes que pueden poner coto a los abusos se hacen los tontos o ponen de tontos a todos los habitantes del Planeta. Creemos es esto último. 

La ambición del Petróleo por parte de algunas potencias es contundente, no es necesario señalar a los que ya están señalados...  Pero pensemos con cordura en la realidad. La “Sangre de la Tierra”, “El Oro Negro”, o como quieran llamarle que existe todavía en las entrañas de esa misma “Madre Tierra”, es todo lo que queda y jamás de los jamases será repuesto. El planeta Tierra, viajando en ésta Galaxia en torno al astro Sol, como si ella fuese una particular nave espacial, resulta que no recibirá otro suplemento de petróleo para llenar los tanques de sus entrañas. Tampoco le es posible importar otros suministros de carbón, ni de ningunos de los minerales conocidos y usados para la sobre vivencia de la Humanidad y a la que está acostumbrada desde que dejó la edad de piedra.

Haciéndonos pensar en todo esto y algo mas, el petróleo no es una fuente renovadle como lo es el propio planeta, los vientos, aguas dulces y saladas, plantas, seres humanos y animales..., pero esto también tiene un límite pudiendo desaparecer todos conjuntamente. Por lo tanto, la aquí denominada “Sangre de la Tierra” no es una frase poética y llena de sentimientos literarios, pero sí una verdad como lo es la propia Galaxia Vía Láctea a la que pertenecemos.

Según los entendidos las fuentes más importantes de la energía química para la supervivencia de la Humanidad son aquellas que contienen carbono, como lo es el propio carbono, los aceites, gas, maderas, maderas, alcoholes, etc. De la misma manera que contienen carbono los principales alimentos: azucares, almidón, proteínas y grasas. La vida en la Tierra tal como la conocemos solamente es posible que sobreviva con el carbono, jamás sin él y están matando la “gallina de los huevos de oro”.

El petróleo, objeto de estos comentarios, ¿cómo se habría formado? La teoría más acertada por los geólogos es que se cree sea oriunda de substancias orgánicas, restos de animales y vegetales que se depositados en gigantescas cuantidades en los fondos marinos y lagos. Esa masa de detritos, con la acción del calor, la presión de las camadas se fue depositando en los subterráneos y por la acción del tiempo, se transformando en óleos y gases.

Para concluir estos pocos y rápidos comentarios sobre el hoy tan polémico Petróleo, decir que él es el “señor combustible” delante del cual, a semejanza de civilizaciones pretéritas, como la citada “hijos del fuego”, hoy nos arrodillamos perplejos, angustiados, temerosos y sobre todo endeudados y sin “oro negro o amarillo” con que pagar esas grandes deudas..., obviamente para muchos pueblos han acarreado guerras, odios, miserias, muertes, etc. Para otros fabulosas riquezas manipuladas por ambiciosos políticos, militares, capitalismos y hasta religiones, pues ésta última, como así lo registra la historia, a pesar de su frase: “Para mayor gloria de Dios...”, siempre han estado del lado de los ganadores, ahora no iba a ser menos dentro de los grandísimos poderes que todos ellos reciben del PETRÓLEO y sus derivados...

La moraleja es que esa “Sangre de la Tierra” se ha convertido en un constante derramamiento de sangre Humana. ¿Hasta cuándo?  ¿“Insecular seculorum? Mientras tanto los pozos se van secando pero las guerras y matanzas de una u otra índole continuando, perpetuándose…