El acoso policial al que está siendo sometida la Marcha a Bruselas (que agrupa las distintas marchas indignadas procedentes de España y Francia reunidas en París el pasado 17 de septiembre), ha obstaculizado de nuevo el camino que desde finales de julio emprendieron las indignadas e indignados con el objetivo de continuar las protestas del movimiento 15M, intercambiar experiencias con los pueblos difundiendo la experiencia asamblearia y llevar sus reivindicaciones a la capital europea.
La Marcha salió ayer a las 18:00 horas de Bercy camino a Notre Dame, donde tenía previsto celebrar su Asamblea con el pueblo de París, tal y como viene realizando en cada localidad por donde pasa. Caminaba en fila india, por la acera y en silencio, y respetando el código vial, dado que no se trataba de una manifestación, sino de un simple desplazamiento de la Marcha hacia otro lugar.
En su camino hacia Notre Dame, ante el aviso que recibieron de que allí había varias furgonetas y un autobús de los gendarmes esperando su llegada, y teniendo en cuenta la experiencia del 19 de septiembre, la Marcha decidió cambiar de rumbo y marchar hacia la plaza de la Bolsa para realizar última asamblea en la ciudad antes de partir de nuevo hacia Bruselas.
A las 18:30 horas las indignadas e indignados se sentaron junto al edificio de France Press, frente a la Bolsa de París, y sin dejarse intimidar por el dispositivo policial que les rodeaba, empezaron la asamblea que se ha retransmitido íntegramente por internet vía streaming. Según ésta avanzaba, fueron llegando cada vez más ciudadanos, al mismo tiempo que se iba formando un cordón policial. Ante el arresto de uno de ellos para identificarle (el motivo esgrimido por el agente: “es una manifestación ilegal”), un grupo de indignados resistió pacíficamente pidiendo la puesta en libertad del compañero. Los gendarmes acabaron deteniendo a un grupo de más de 50 personas, que han ido siendo liberados a lo largo de la noche. No obstante, a las 2:30 horas aún se encontraban detenidas 11 personas. Finalmente, los demás integrantes de la Marcha pudieron acampar delante de la Bolsa de París.
Tal y como publica la Marcha a Bruselas en Facebook: “La marcha quiere seguir su camino hacia Bruselas, simplemente intenta realizar la Asamblea Popular con la ciudadanía como ha estado haciendo en todos los pueblos por los que ha pasado para poder llevar las demandas de estos pueblos hasta Bruselas”. El objetivo de esta asamblea es recoger las quejas de las personas que viven en la región parisina para llevarlas al Parlamento europeo cuando los caminantes hayan llegado a Bruselas. Desde el 24 de julio, la Marcha de Indignados organiza asambleas de ese tipo en cada una de las localidades que atraviesa. Prevista en París el sábado 17 de septiembre, la asamblea ha sido aplazada en repetidas ocasiones debido a las trabas policiales.
En Barcelona, tras conocer la noticia de las detenciones en Francia, más de un centenar de personas han salido a la calle, mostrando su protesta por tercera noche consecutiva ante al consulado francés por el trato delictivo que están dando las autoridades francesas a las compañeras y compañeros de la Marcha Bruselas. Una vez finalizada la protesta, dos compañeros de la Comisión de Acción de AcampadaBCN han sido golpeados y detenidos por las fuerzas de seguridad sufriendo heridas de diversa consideración. A las 19 horas de hoy jueves 22, se ha convocado ante el Consulado francés en Barcelona una concentración de repulsa a lo sucedido en París.
Desde AcampadaBCN transmitimos todo nuestro apoyo a la Marcha a Bruselas y a las detenidas y detenidos, y denunciamos la criminalización que están sufriendo nuestras compañeras y compañeros en Francia. Las indignadas e indignados somos un movimiento pacífico que desde Mayo ha organizado numerosas manifestaciones y asambleas tanto en España como en Francia, y la Marcha lleva recorridos más de mil kilómetros en Francia sin que se nos haya relacionado con ningún incidente de vandalismo o de violencia.
Nuestras quejas son legítimas, nuestras acciones determinadas y nuestros métodos pacíficos. Hemos demostrado ampliamente nuestro rechazo frontal a cualquier tipo de violencia y nadie que la pretenda puede pertenecer o representar al movimiento 15M.
Por ende, denunciamos, una vez más, como los poderes públicos coartan nuestras libertades, usan (e instigan) a la violencia y limitan el acceso a una verdadera democracia. Lejos de profundizar en ella, cada día esos poderes la reducen más y buena parte de la ciudadanía, simpatice o no con el 15M, asiste perpleja a una operación sistemática de desmantelamiento de los derechos humanos, civiles y ciudadanos. Como ejemplo sirve, el intento de limitar políticamente la libertad de expresión e información (si no que se lo pregunten hoy mismo a los periodistas del ente público de RTVE). Todo esto demuestra claramente que cada vez es mayor la violencia, estructural o directa, contra la ciudadanía y nuestras libertades y derechos se van reduciendo con cada decisión del poder político. ¿Hasta cuándo?
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