LQSomos. Jesús Bruguera “el financiero de El Garaje”. Septiembre de 2011.
Seguir la actualidad de los mercados es importante. Nos va a aportar una visión realista de las fuerzas que mueven la economía, la política y las decisiones de los gobiernos que afectan a nuestras vidas. Su existencia puede gustar más o menos, o nada, pero ir entendiendo, aunque sea parcialmente y poco a poco, su funcionamiento nos dará elementos de reflexión, claves de lo que está pasando. Así podremos relacionar hechos y acontecimientos que, en principio y tal y como nos son presentados, no parecían relacionados.
Pero vayamos ya a este agitado agosto que acaba de terminar.
Parece que fue hace un siglo, pero ocurrió a mediados de julio. La Unión Europea aprobó el (segundo) rescate de Grecia. Grecia está en quiebra, pero se suponía (los gobiernos) que, alargando plazos, se podría seguir tirando. Lo esencial del plan era que el Fondo de Estabilidad Europeo compraría (a los bancos) bonos griegos, para que así los contribuyentes europeos fueran asumiendo (pagando con sus impuestos) el agujero que hoy todavía está en los balances de los bancos (alemanes y franceses sobre todo). Transferencia de deuda incobrable se llama. Para eso hace falta tiempo.
También a finales de julio saltó el problema de la deuda de los Estados Unidos. No es que no se supiera, pero el hecho de que para emitir más bonos (aumentar la deuda más allá de los 14,3 billones de dólares que ha alcanzado) hiciese falta un acuerdo entre republicanos y demócratas, y estos dieran un espectáculo hasta el último momento, puso el asunto en el primer plano de la actualidad.
Que Grecia (y Portugal, Irlanda, España...) están en quiebra no es ninguna novedad. Tampoco lo es la bancarrota de Estados Unidos que necesitan que 2500 millones dólares diarios entren por la puerta para seguir funcionando (eso es lo que gastan de más, y para financiarlo, emiten papelitos, perdón, bonos del tesoro).
Eso se sabía. Pero existía un consenso vendido por los políticos: La deuda es enorme, pero asumible, porque se está volviendo a crecer.
Este mes de agosto ha sido cruel con la clase política y ha puesto de manifiesto su mediocridad y estulticia (además de lo que ya sabemos: corrupción, organización mafiosa en sus partidos, etc..). El golpe ha llegado bajo la forma de datos que confirman que no hay crecimiento. Y sin crecimiento no se puede devolver la deuda.
Estados Unidos no crece, ni Francia, Alemania mucho menos de lo que se pensaba, las nubes se acumulan sobre China, y la burbuja de los otros emergentes (Brasil) da signos de agotamiento. Sólo un dato: el 78 % de todo el dinero inyectado en los mal llamados “planes de estímulo” no ha generado ningún aumento del PIB. Recordemos que ese “estímulo” ha sido en USA de 7000 millones de dólares diarios durante muchos meses .
Entonces los mercados han reaccionado. Primero vendiendo bonos. Nadie quiere quedarse papeles emitidos por Grecia o Portugal. Al mismo tiempo han exigido durante la primera quincena de agosto tipos de interés más altos para la deuda italiana y española. Se ha atacado incluso a Francia.
Cuando las rentabilidades de los bonos suben, el valor de los bonos anteriormente emitidos baja porque nadie los va a comprar al nominal al que se emitieron.
Como son los bancos principalmente los tenedores de esos bonos, su bajada ha afectado inmediatamente al valor del balance de esos bancos, a su propio valor.
Esa ha sido la segunda oleada. La bajada de las bolsas, con los bancos a la cabeza. Ha sido una bajada importante, de más de un 10% y con mucho volumen, lo cual no es habitual en agosto.
¿Cual ha sido el mensaje de los mercados con este nuevo reposicionamiento, bajando el rango de valor en el que se mueven?
Ha sido doble.
Por un lado están anticipando la mayor probabilidad de una nueva recesión.
Por otro lado han exigido medidas a los gobiernos. Medidas que garanticen en lo posible que ellos, los tenedores de bonos, van a recuperar su dinero. Han exigido medidas inmediatas, recortes que garanticen la vuelta, intereses incluidos, de sus inversiones.
Por eso hemos visto medidas tan rápidas y espectaculares: rebajas presupuestarias en USA, que golpearán a los más débiles (sanidad, educación...), recortes en Italia decididos por Berlusconi de la noche a la mañana, subida de impuestos en Francia, reunión Sarkozy-Merkel,y en España....reforma de la Constitución.
Como no sería conveniente tomar medidas como la subida del IVA y otros impuestos y recortes sociales antes de las elecciones, se da un pagaré a los mercados, se les tranquiliza como dice Zapatero:
Miren ustedes, las medidas las tomaremos, hasta lo ponemos en la Constitución, pero por favor, no nos aprieten, necesitamos algo de tiempo, sigan prestándonos dinero para que podamos seguir “funcionando”. No nos suban mucho los tipos de interés. El ganador el 20N tomará las medidas que hagan falta.¿Qué mejor pagaré que la Constitución?
Medidas que, naturalmente, irán contra los ciudadanos. Los políticos no quieren ver su situación en peligro aunque saben perfectamente que España no puede gastar como gasta. Tres millones doscientos mil funcionarios, 8108 ayuntamientos, 17 autonomías, más de 600 asesores en nómina en La Moncloa. Pero de eso, de los coches y prebendas, de los viajes en primera, de los guardaespaldas (escoltas, perdón), de la corrupción a chorros, de eso no hay que hablar.
¿Han visto con qué rapidez se han puesto de acuerdo el PP y el PSOE? Ya conocemos la explicación. Ya sabemos lo que preparan.
Lo ocurrido este mes de agosto no había pasado desde 2008. Los mercados se han revuelto contra los políticos e, inmediatamente, los políticos se han revuelto contra los ciudadanos.
Aquí, además, existen algunas especificidades. Los mercados internacionales saben que el mayor agujero está en las autonomías, muchas de ellas en bancarrota, (lo ocurrido con las farmacias en Castilla La Mancha es un aviso de lo que va a pasar). Lo que significa que hay dudas, por decirlo suavemente, de que la estructura actual del Estado pueda aguantar lo que se nos viene encima. Naturalmente la reforma de la Constitución, aunque se haga rápidamente, en agosto, de noche y con antifaz, abre la caja de los truenos, precisamente en cuestiones que van a afectar a esa estructura del Estado (Corona, nacionalismos, etc). Qué mal deben de estar las cosas, cuanta presión han debido de tener para tomar ese riesgo.
Y para colmo, a pesar de que a los mercados se les esté dando tanto, éstos siguen pensando que los políticos no actúan eficazmente (desde su punto de vista), porque los políticos están pensando principalmente en ellos mismos como casta. Que el PP y el PSOE engañen a los ciudadanos es considerado normal, va en el sueldo, pero que, además intenten engañar a los mercados desencadenaría todas sus iras. No lo descarten.
Septiembre y octubre son tradicionalmente los peores meses en los mercados de bonos y acciones. La presión va aumentar. La tormenta perfecta sigue formándose.
Desde éstas páginas iremos siguiendo la actualidad.
* Ilustración de Pawla Kuczynskiego