3 jul 2011

¡Tú estás siendo engañado!

LQSomos. Alfredo Bernacchi*. Junio de 2011.

Por sensatez, eres una persona cética y as resuelto leer este fragmento de mi libro para comprobar si yo he cometido algún error dentro del raciocinio. Por otro lado aquellas personas que son religiosas, meapilas y afines, tienen una tendencia “sobre natural” de ver y comprender la religión. Ahí encuentran sus ventajas, justifican sus creencias, etc., por supuesto que las respetamos. Por otro lado quienes tienen y hacen continuo uso del raciocinio, quiere entender y van admitir que todas las religiones tienen sus problemas y malas reputaciones.


Yo he concluido, justamente analizando esas malas reputaciones, de que las religiones traen más maleficios que beneficios a la humanidad. Es pues una triste y radical conclusión, pero no es una distorsión de la realidad, por lo que voy a explicarme. Como advertencia y buen sentido, para ser entendido y no perjudique a nadie en sus creencias, ahí queda eso.

Una persona es aficionada a un determinado equipo de fútbol y queda muy feliz cuando consigue introducir algún amigo en el mismo club que el suyo, por lo que hace parte de la misma comunidad y misma corriente de pensamientos, etc.

Por otro lado, si la cosa toma el rumbo de la política, las discusiones son aún más acaloradas pues ocurre que la política interfiere directamente en tu vida y es diferente de un simple deporte. Hay muchos debates para convencer al interlocutor sobre las ventajas de adoptarlo en la línea de pensamientos. A pesar de esa fuerte influencia cada 4 años todo puede mudar, pero por experiencia y racionalidad sabemos que no muda nada, todo lo contrario. Ocurre que lo que era, pasa a no serlo; los líderes mudan, (el clásico cambio de chaqueta), los partidos mudan (los que traicionan), las ideas mudan, pero aquellas que beneficiarían al pueblo, caen en saco roto…

Sin embargo, la sensatez testifica que cuando se trata de religión, ¡ah!, la cosa es más seria. Lo que no se entiende, o que no interesa que así sea, es que una simple doctrina de la vida, o algo para ser uso fruto después de la muerte se puede transformar en un fanatismo tan violento cargando en esa corriente mil toneladas de interés de poder, superioridad, convencimientos, odios, hasta llegar al ápice del suicidio terrorista. 

Reparemos que el terrorista suicida mata y muere por sus creencias religiosas. ¿Estarán ellos siendo usados? ¡Por supuesto que sí! En este caso concreto es la religión que proporciona ese desequilibrio mental en los individuos. Ellos matan y muere, pues creen que su religión, dios, es correcto, los otros están equivocados, sí, pero de tal forma están equivocados que esa imperfección debe ser corregida con la muerte de ambos para la plena satisfacción de su amado dios.

¿Hay interese financieros por detrás de todo eso? ¡Por supuesto que sí! Siempre hay ocasión para que unos expertos manipulen las mentes fanáticas. Ahí están las contundentes pruebas por parte de la iglesia católica y su sociedad vaticana; el obispo Macedo de la rama iglesia protestante, el mulá Omar, el jeque de no sabemos qué rama del islam, el echador de cartas o de un simples hechicero trivial, todos ellos de una forma u otra nadan en la abundancia. Qué ironía, excepto el personaje Jesús, que decían era pobre y hasta la sepultura le fue emprestada. 

Además de los intereses financieros aludidos, también hay otras situaciones en juego. El prestigio, la vanidad, el ego, el acaudillar, fuerzas de decisiones principalmente esa que llega al poder de la vida y la muerte. Resulta que no hay nada más después de eso, solamente el próximo al poder de un hipotético dios. El hombre religioso que se fanatiza solo queda satisfecho cuando debido a su poder, con un simples gesto centenares, millares de personas son mutiladas o mueren, de esta manera comprueba su supremo poder y temor. ¿Y eso por qué? No hay explicación coherente, pero sabemos que es así. Quien conoce la historia universal sabe perfectamente de qué se trata. En primer término, el propio histórico Jesús, por sus absurdas creencias en hacerse pasar por ser el hijo del dios hebreo, causó, aún está causando, muchísimas muertes entre sus seguidores, a empezar por la de él mismo.

Al final, ¿qué quiere el hombre? ¿Prestigio, dinero, temor, poder…? Además de eso, pues el fin justifica los medios, el hombre quiere ser dios. El hombre ha inventado la religión para poder estar más próximo de ser un dios único. ¡Y lo ha conseguido! La historia está llena de ellos, pero citemos los de Jehová, Jesús, Mahoma. Un dios dominante no admite concurrencias, por lo que un dios de aquí puede ser también un dios allí. Eso nos lleva a una disputa entre los pueblos por lo que las guerras son inevitables. Pero usemos el entendimiento, la perspicacia, son los “pueblos” los que van a las guerras, nunca ellos. Es ese el peor principio y al atraso de la vida a que someten las religiones al ser humano. ¡Guerras! ¡Muertes! ¡Devastaciones! ¡La humillación a los conquistados! ¡La explotación y esclavitud!

¿Recuerdan los reyes de Europa? Variaban entre reyes católicos y protestantes. Mudaba el rey, se alteraban todas las estructuras del país y en cuyas consecuencias morían muchas gentes. Como es sabido los residuos de esos desentendimientos religiosos perduran hasta la actualidad en Irlanda donde siempre, o mejor dicho, desde que el cristianismo católico puso sus zarpas, sin olvidar al resto Europa, la religión ha sido y es la principal culpable de discordias, sus múltiples consecuencias y centro de gestación de toda clase de odios.

Pongamos unos ejemplos resientes. Yugoslavia: Serbios, Musulmanes, Bosnio y Croatas. Palestinos y Israelitas: Islam y Judaísmo. Afganistán: enfrentamientos entre facciones islámicas y los cristianos de occidente. Sri Lanka: hinduistas y budistas, etc. Siempre hay un motivo religioso despertando odio y empujándose unos contra otros. Hitler escogió a los judíos para el holocausto siendo él católico. ¿Recuerdan a la santa inquisición? ¡Cuánta crueldad en nombre de un supuesto dios! Pero, ¿realmente fue un “dios” ese dios del cristianismo quien ordenó aquellos u otros asesinatos, o fueron los hombres que se creían dioses? Entones la religión ha ido y es la culpable de todos y cada cual de esos genocidios…

¿Y de los tiempos de Roma y las luchas internas del naciente cristianismo contra otras religiones? ¿Quién puede olvidar que los papas disputaban y sobrepujaban los poderes de los reyes en el siglo XII y por ahí ha ido la cosa hasta la actualidad, convenciéndolos del poder divino que tenían e insisten que tienen, el de dios, o sea, de ellos mismos. Insistimos: ¿por qué tanta deshumanización de un supuesto dio? Esto nos lleva a unas claras y metódicas discordancias religiosas que terminan en guerras religiosas las cuales los que pagan las consecuencias son los siempre engañados pueblos.

La ciencia, esa tan necesaria a la humanidad ya ha tenido y tiene muchos problemas al enfrentarse con las recalcitrantes religiones ya que ésta así la consideran “pecaminosa”. Ocurre que los resultados del saber humano no caminan en la dirección de “dios” y todas las personas con dos dedos de frente, al igual que los propios cleros saben de eso. Mientras las ciencias son objetivas, las religiones viven de hipótesis y fantasías, descortinadas por equivocados dogmas divinos pero a sabiendas que constantemente se equivocan.
Los papas (por encontrarnos en occidente) les gustarían ser dioses, pero si lo vemos desde el punto de vista de ellos, así se consideran, recordemos, son infalibles… Ellos saben lo que es mejor para los pueblos que están bajo sus pesuñas, y en sus ansias demuestran el poder absoluto y omnisciencia que poseen con lo cual van perjudicando a la humanidad.

Hoy día, no diferente del pasado, donde existen cientos de religiones, con creencias diferentes, dioses que difieren entre sí, etc., no olvidemos que de los 6 mil millones de seres humanos de la Tierra, solo unos 1,8 mil millones son cristianos y de entre ellos cada uno predican sus dogmas cristianos diferentes. Está pero que muy claro, si no hubiese religiones, por lo menos desde hace unos 250 años (desde el siglo de las luces), habría habido menos guerras religiosas-políticas, ¡estamos seguros! Menos trabas al progreso científico, más soluciones al control de la natalidad (de aquí a 50 años seremos 9 mil millones). Mientras tanto en la “vida religiosa”, que nadie entiende, pero sí sabemos de una cosa que nadie duda: la explotación de esos mismos creyentes. De esa manera los cristianos, hindúes, islamistas, judíos, budistas, etc., pagan para tener religiosos con dinero, oro, tierras…, y los islamistas además de eso, ¡muchos con la propia vida!

Concluimos, dios es una respuesta humana para las preguntas irresponsable. Deriva de lo desconocido y no del conocimiento. Por eso no ha de extrañar que las religiones hayan creado más lunáticos que manicomios para internarlos. ¡Tú estás siendo engañado!

    
* Fragmento del libro: “Ateos vs Religiosos” – Traducción y adaptación de Zerimar Ilosit