LQSomos. Zerimar Ilosit. Julio de 2011.
Hubo tiempos en que ser siniestro (surdo), fue considerado como una señal demoníaca y padecieron persecuciones. En muchos lugares a los chavales les ataban la mano izquierda a la espalda para así obligarles a que actuara, escribiera, con la mano derecha y cogiese los objetos como los otros niños. Ser diestros no era “normal”.
También hubo un tiempo en que se decía que la masturbación era un pecado terrible y por lo tanto mortal pudiendo llevar hasta Pero veamos. ¿Qué es lo “normal”? La palabra “normal” viene de “norma”, “regla”. ¿En qué consisten esas normas y reglas? Ellas son apenas aquello que una sociedad determina como siendo el comportamiento comúnmente aceptado en aquel momento y en aquel lugar.
En relación a todas esa y cada cual de las “normalidades” descritas más arriba, hoy es común aceptar que todo aquello estaba equivocado, por lo que nadie cuestiona los derechos de los siniestros, de las mujeres o los negros. Sin embargo, sin ánimo de cargar las tintas, cabe decir que aun en muchos países y estos denominados democráticos o encubiertos por otros “muy democráticos”, o por lo menos constan en sus “magnos papeles”, la mujer no ha alcanzado su total libertad y los ciudadanos negros tampoco todo aquello que debiera, pero eso sería otro artículo.
Actualmente, y como ha hecho siempre, determinados sectores conservadores religiosos, que en este sentido al tratarse de los asuntos de personaje dios, destacando el cristianismo que tiene mucho que callar en la cuestión pederasta y que viene ocultándolo desde hace siglos sus cleros, con lo cual no ven “la viga un sus ojos”, salen éstos sermoneando por todos los medios de que el ser homosexual no es “normal”, o un gran pecado de perversión. ¿Basado en qué se otorgan ese “derecho”? Pues basado en manuscritos con más de tres mil quinientos años de antigüedad, redactados en épocas en que era imperativo tener la máxima cantidad de hijos posibles para poblar unas tierras robadas antes que otros pueblos lo hicieran.
Las circunstancias de aquellos tiempos eran totalmente diferente del ambiente que se enfrenta hoy la sociedad y se necesitaría revisar los actuales conceptos bíblicos de los que salen tantas tonterías que insisten y continúan imponiéndose.
En primer término hay estudios que indican que la proporción de individuos homosexuales en cualquier sociedad estudiada y en cualquier época es siempre constante, entre un 5 y 10%, no importando si se está reprimiendo o tolerando. Igualmente se sabe que la teoría que determina las circunstancias determinaban la homosexualidad, como pudieron ser las madres dominantes o padres, o entonces ausentes, o muy violentos, etc. Eso ya ha sido descartado por falta de pruebas hace como unos 30 años. Las investigaciones y estudios dejaron de considerar la homosexualidad como disturbio mental, “pecado”, abominable acto, etc.
Por eso es menester y el momento es oportuno de que los ciudadanos en general sepan más sobre el asunto que para algunos sectores que se dicen “humanos”. Ha llegado la ocasión de que este asunto sea tratado más abiertamente por todos los medios al alcance en la actualidad. Al final, ¿cuál es el origen de la homosexualidad? ¡Tiene que ser algo muy fuerte si está ocurriendo a pesar de la gran represión y el preconceptos que aún se está viendo en algunos momentos, a empezar por las religiones de occidente encabezada por el cristianismo católico, sin olvidar las de oriente…!
Tampoco se puede decir que sea un mal ejemplo, pues resulta que prácticamente todos los homosexuales han sido educados por padres heterosexuales, sin olvidar e insistir que muchos fueron catequizados por alguna rama del cristianismo.
Hoy día hay muchas investigaciones al respecto, inclusive en el campo de la genética, ésta lanza mucha luz sobre el asunto por lo que ayudan a las personas a comprender que la homosexualidad no es ningún vicio, ni propiamente se escoge, pero sí algo que el individuo es, o sea, su propia naturaleza, como ocurre con los heterosexuales.