LQSomos. Giorgio Trucchi. Julio de 2011.
Declaración de Managua cierra encuentro y exige cumplimiento Acuerdo de Cartagena.
En víspera de la celebración del 32 aniversario dela Revolución Sandinista y en saludo al 50 aniversario de la fundación del gobernante FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional), movimientos y organizaciones sociales del continente latinoamericano se reunieron en Nicaragua con el objetivo de intercambiar experiencias y profundizar relaciones y estrategias comunes.
En víspera de la celebración del 32 aniversario de
“El movimiento popular en general debe superar la vieja dicotomía de que ser movimiento no es compatible con ejercer o establecer alianzas con el poder político. En Nicaragua ya hemos superado ese problema: el FSLN ejerce el poder político vinculado estrechamente con el movimiento popular. Si esta falsa dicotomía no es superada en el resto de América Latina, será muy difícil establecer gobiernos revolucionarios sólidos, resistentes y que duren en el tiempo”, dijo William Grigsby, director de Radio
Según Grigsby
El proceso de transformación iniciado en estos últimos años en Nicaragua, enfocado en la restitución de derechos para la población, necesita ahora de una mayor profundización. “Necesitamos de una profunda reforma fiscal, de otra reforma agraria para volver a redistribuir tierras entre las familias campesinas, de una reforma a la Ley de Bancos, para forzarlos a invertir en el país y a financiar las necesidades más urgentes.
Para que este desafío sea posible vamos a necesitar de un suficiente respaldo popular por la vía electoral y una suficiente correlación de fuerza en
Declaración de Managua
Finalizando la actividad, los movimientos sociales reunidos en Nicaragua dieron lectura a
Además, consideraron que existe un avance significativo en la lucha de los movimientos sociales “contra las políticas neoliberales e imperialistas” y destacaron la resistencia del pueblo hondureño “que avanza en su lucha para hacer realidad los derechos democráticos y soberanos de la nación de Morazán, frente a las políticas represivas, anti-populares y de violación flagrante de los derechos humanos de los sectores derechistas de Honduras”.
También exigieron el cumplimiento del Acuerdo de Cartagena, impulsado por los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Colombia, Juan Manuel Santos, y firmado por el ex presidente Zelaya y Porfirio Lobo, “como garantía mínima para asegurar el restablecimiento democrático en Honduras y el respeto pleno a los derechos humanos”.
Finalmente, las organizaciones y movimientos reconocieron la resistencia de los movimientos sociales de Guatemala, El Salvador, Costa Rica y Panamá, “que junto con los movimientos políticos de izquierda o progresistas, están avanzando y continuaran conquistando espacios de poder popular en sus respectivas naciones, para avanzar en la construcción de la unidad popular centroamericana”.
“Los movimientos sociales han retomado la lucha política y se están ocupando del poder, que es el pricipal problema y disputa con el imperio. Ya no se conforman con apoyar a gobiernos, sino que quieren gobernar, hacer políticas públicas y transformar directamente
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