LQSomos. Zerimar Ilosit. Septiembre de 2011.
A esos señores que tanto les gustan sermonear sobre la “familia cristiana”, aunque a ellos no se les reconocen ninguna y sí efectos denominados “hermanas” “sobrinos”, “gobernantas”, etc., o entonces lo que han hecho siempre, “la familia de pederastas”. Pues bien, deberían tener también una propia como ya la tuvieron en el pasado, que sí consta en los anales del catolicismo, y quien sabe, menos persecuciones a chavales... Veamos aquí por lo que ellos nunca sermonean sobre este tema concreto por no tener experiencias.
¿Hogar, dulce hogar? Muchas veces las relaciones de convivencias están más próximas del vinagre que del azúcar y el afecto. En ninguna familia existe una paz las 24 horas del día. De hecho ningún ambiente donde convivan estrechamente dos o más seres humanos puede serlo, por las diferentes formas de encarar la vida.
Por supuesto, existen algunas formas de preservar el afecto, la alegría y satisfacciones más intensas y al mismo tiempo más eficaces, gratificantes y enriquecedoras que mantenemos en nuestra existencia: las de nuestros parientes más próximos.
En las familias conviene no haber “vencedores ni vencidos”, pues según un viejo proverbio: “la mejor victoria es aquella en la que ganan todos”. La “llave mágica” para conseguirla existen tres principales pilares: harmonía, equilibrio y comunicación. Trata a tus parientes como amigos. Evite reservar tu parte más sombría como quejas, cansancio, impaciencia, malos momentos, etc., dedicarlas a aquellos que más ama.
Las relaciones familiares, al igual como la existente entre amigos, deben ser cultivadas y regadas con respeto, tolerancia, demostraciones de afectos y alegría compartida. Al principio puede parecer un poco difícil, para algunos decir lo mucho que te quiero a una persona con palabras o por medio de pequeños gestos.
Desenchufe el televisor mientras comen. La pequeña pantalla desempeña una atracción casi hipnótica que en algunas ocasiones hace que seamos marionetas sin importarnos con la programación. Mismo que se trate de un programa muy interesante, conviene apagarla y aprovechar esos momentos para jugar con sus hijos y espos@, con eso demuestra aún más el envolvimiento en la vida familiar. ¿NO es mejor aprovechar cuando todos están reunidos en la mesa para hablar y compartir experiencias, o lo que haya ocurrido a lo largo del día en vez de que todos miren la TV como marionetas y que al fin y al cabo esa “caja tonta” está para lavarnos el cerebro y hacernos de bobos?
Controle los momentos de irritación y mantenga la calma. En vez de dejarse llevar por la ira, el ego herido y otras justificaciones mezquinas, que te alejan de la real importancia de un determinado asunto, mantente centrado en la solución con serenidad y firmeza. Si crees que está siendo llevado por la impulsividad, ¡pisa el freno!, respira profundamente y vuelve a buscar soluciones y salidas, en vez de estar obsesivo con el problema. El discutir en familia las diferentes opciones para salir del atolladero, es un ejercicio que da resultados sorprendentes.
En todas las relaciones próximas y continuas es fácil “herir al otro” sin que después se pidan disculpas o pedidos de perdones suficientes. Es necesario colocarse en el lugar de la otra persona para comprenderla.
Errores que se deben evitar. No recurrir a agresiones ni amenazas, revisar el pasado, hacer promesas que no se puedan cumplir, tentar solucionar la vida de los demás, hablar en vez de oír, decir las cosas por medio de terceros, punir a alguien por decir la verdad, querer tener siempre la razón. Si se evitan ésos comportamientos y actitudes, de seguro, la familia empezará a funcionar con menos conflictos y desavenencias.
Por otro lado aquí reproducimos un algo de la manera que tienen las religiones, aunque esto esté dirigido principalmente al sector judío-católico y que por supuesto para nosotros tiene todo el respeto, de cómo resuelven los problemas humanos y familiares a que hacemos referencias, o sea, rezando…, para mayor gloria del creador…
"Dios Amado, bendice con tu Paz, Amor y Gozo, este ser que tu creaste a tu imagen y semejanza y por lo tanto es muy especial para ti. Bendice a su familia, con esposo/a e hijos, en todas las aéreas de su vida, sea espiritual, emocional o materialmente. Permite que sientan tu presencia y puedan encontrar el propósito por lo cual tu nos has creado para tu honra y tu gloria. Quita las cargas, dolores, frustraciones y ansiedades del corazón y siembra tú palabra que trae esperanza y seguridad. Te lo rogamos por los meritos preciosos de tu amado hijo, NUESTRO SENOR Y REY JESUCRISTO. ¡AMEN!"
“¡Para mear y no echar gota…!”, según “reza” un proverbio en lengua castellana.