LQSomos. Antoni Puig Solé. Agosto de 2011.
Durante un cierto tiempo, África subsahariana fue considerada por muchos occidentales como un "caso perdido". No está de más recordar que allí si han vivido situaciones generalizadas de decadencia, ocasionadas, sobre todo, por tres fenómenos que han frenado el desarrollo
- La mano de hierro en el control de las economías nacionales, a través de gobiernos corruptas y autoritarios,
- la desviación de la riqueza a favor de los aliados políticos occidentales y de determinados grupos étnicos, y un
- fuerte endeudamiento, acompañado de intereses prohibitivos que después se devolver con privatizaciones y recortes sociales.
En la primera década de este siglo, la percepción se modificó. El crecimiento económico y la reducción de la pobreza y de la mortalidad infantil, llevaron a los más optimistas a habla de un "resurgimiento africano".
Ahora, en cambio, el hambre que vive Somalia y algunos conflictos bélicos enquistados, pueden alimentar un nuevo alud de "afro-pesimismo".
Con demasiada frecuencia, la África subsahariana ha sido considerada como una unidad singular cuanto en realidad es un conglomerado de 48 países diferentes. Steve Radelet, rompe con esta visión y ha distinguiendo cuatro grupos de países:
- Los exportadores de petróleo (nueve países, como Angola y Congo),
- los emergentes (17 países, como Ghana y Etiopía),
- los frágiles (16 países, como Somalia y Zimbabwe) y los
- que están en el umbral de la pobreza (seis países, como Liberia y Benin).
Mientras que el ingreso por capita en la región creció durante la última década, las tasas de crecimiento, van oscilar dentro de un abanico que incluía en unos países con tasas negativas y a otros con tasas positivas.
Uno de los elementos capitales que nos ayuda a entender las diferencias, es que los países que tienen mayores tasas de crecimiento, disponen de yacimientos de petróleo, mientras que los que se mueven en tasas negativas, no tienen.
Pero el petróleo y las otras materias primeras a veces acaban siendo un problema en los países productores. En el peor de los supuestos conducen a guerras fratricidas, generalmente alimentadas desde occidente, entre diferentes grupos tribales y entre territorios de un mismo país.
Afortunadamente, hay una serie de países del África subsahariana que no son productores del petróleo y pueden ser catalogados como emergentes. Pero incluso en estos países, hay una gran variedad en cuanto a forma de gobierno y tasas de crecimiento económico.
Las 17 economías emergentes se pueden dividir al menos en dos grupos: a unos los etiquetaremos como emergentes realizados, puesto que han tenido tasas de crecimiento adecuadas y unos niveles relativamente satisfactorios de gobernabilidad.
A otras como emergentes semi realizados (Etiopía, Ruanda, Uganda y Zambia), puesto que han mostrado un notorio crecimiento del ingreso por capita en los últimos años, pero el nivel de gobernabilidad es insuficiente.
En un futuro hará falta prestar una atención muy esmerada en África subsahariana. Por un lado, será necesario superar la visión pesimista, que tanto gusta a aquellos que únicamente se dedican a la compasión y a la limosna. Por la otra, será necesario tener en cuenta las diferentes realidades que la atraviesan y la pluralidad de intereses económicos y políticos que allí confluyen.
En un futuro hará falta prestar una atención muy esmerada en África subsahariana. Por un lado, será necesario superar la visión pesimista, que tanto gusta a aquellos que únicamente se dedican a la compasión y a la limosna. Por la otra, será necesario tener en cuenta las diferentes realidades que la atraviesan y la pluralidad de intereses económicos y políticos que allí confluyen.