LQSomos. Antoni Puig Solé. Agosto de 2011.
Una lectura rápida de la reciente "declaración de los jefes de estado o de gobierno de la zona del euro y las instituciones de la UE” aprobada in extremis el 21 de julio me ha permitido sacar unas primeras conclusiones.
Los párrafos iniciales dedicados a la exposición de motivos, ponen de manifiesto la incapacidad (o falta de voluntad) para abordar las raíces de la actual crisis de la zona del euro. Afirman lo siguiente:
“La recuperación de la zona del euro está bastante avanzada y el euro se sustenta en fundamentos económicos sólidos”.
Sin embargo, la realidad es justamente la contraria: Los fundamentos que sustentan el euro son débiles. Con el euro los estados miembros perdieron la posibilidad de recurrir a la palanca de la devaluación y de este modo, los salarios y las privatizaciones han acabado siendo la única herramienta de ajuste.
Los cinco artículos iniciales de la declaración se dedican en Grecia.
El artículo 1 se reafirma en la pretensión de obligar en Grecia a infligir un daño enorme en su economía y a vender los principales componentes de su sector público.
De este modo, los países que disponen de grandes excedentes y los sectores privados tienes la posibilidad de apropiarse de los activos griegos a precio de saldo. Gabinetes de asesores y otro tipo de intermediarios y especuladores ya ven la posibilidad de hacer su agosto porque saben que pueden obtener ganancias enormes en el proceso de venta.
Los beneficiarios de este daño intentan disimularlo y criminalizar a sus víctimas. De momento ya han conseguido que mucha gente lo justifique. Se afirma que los griegos están en crisis porque se obstinaron a acceder a los préstamos baratos de los bancos del norte de Europa, mientras que pagaban pocos impuestos y trabajaban poco.
Pero incluso aceptando que los griegos son una pandilla de “vagos y maleantes” (cosa falsa) nos tendríamos que preguntar a continuación por qué la crisis ha estallado ahora y no antes. Y esto nos conduce a vincular el problema con la zona del euro. ¡El daño que ahora Grecia está soportando seria innecesario si no fuera miembro de esta zona!
El artículo 2 describe el paquete de 109 mil millones de euros “mediante tipos de interés más bajos y plazos de vencimiento ampliados”. Este paquete, igual que algunas de las medidas incluidas en el artículo 3, atenuará la presión que está sufriendo Grecia y de hecho significa aceptar la reestructuración de la deuda gruega.
La financiación del paquete “de ayuda” se vinculará a través del “Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF)”. Y aquí se pone de nuevo de manifiesto el verdadero déficit de la Unión: El FEEF está actuando con el Fondo Monetario Internacional y cómo si de un Fondo Monetario se tratara. Por el contrario, una moneda común necesitaría un presupuesto también común capaz de suavizar los choques asimétricos de la demanda garantizando las correspondientes transferencias fiscales.
En la coyuntura actual el presupuesto común, si existiera, tendría que favorecer a los países con mayor tasa de desempleo. Ahora se ha tomado la decisión opuesta con la imposición de medidas draconianas a los países que están experimentando severos problemas de demanda interna. Por esta razón, las condiciones que mantienen a flote al euro han sido especialmente duras para Grecia, Irlanda, Portugal y España y últimamente empiezan a serlo para Italia.
El artículo 4 hace un llamamiento a la abolición de la democracia en Grecia. Propone la creación de un “grupo especial que colaborará con las autoridades griegas con el fin de centrar los fondos estructurales en la competitividad y el crecimiento, la creación de empleo y la formación”.
Así, además de atentar contra la soberanía nacional de las griegos, se llega incluso a anticipar las prioridades de su política económica utilizando la retórica habitual de la Comisión Europea.
El artículo 5 señala que el sector financiero privado “ha indicado que está dispuesto a apoyar en Grecia con carácter voluntario mediante un abanico de opciones” que se estiman en “37.000 millones de euros”
Como se puede ver, la contribución de los acreedores privados será voluntaria y una de las tres opciones disponibles para estos acreedores (la compra de nuevos bonos griegos con un vencimiento de 30 años a cambio de los bonos griegos con vencimiento en 2020) contará con la garantía del FEEF (artículo 9 de la declaración).
Para tranquilizar aún más a los especuladores, los artículos 6 y 7 de la declaración dejan claro que la solución adoptada en este caso es “excepcional y única”. Por lo tanto, no comportan ningún precedente ni tienen ningún valor.
El artículo 10 insiste en la obligación de aplicar las recetas económicas de los últimos años y esto inicialmente se hace sobre todo, pensando en los mal llamados “Pigs”. En las actuales circunstancias, los países de la periferia difícilmente van a poder crecer con lo cual el paro no disminuirá, se abrirá las puertas a un largo periodo de pobreza y es probable que se agrave la crisis.
Pero la cosa no queda aquí. El artículo 11 propone mantener la estrategia de la austeridad en todos los países de la Unión sin excepción. Esta decisión, unida a las subidas de tipos del Banco Central Europeo, mantendrá la demanda deprimida en toda la zona del Euro.
Los artículos finales de la declaración hacen referencia a la gobernanza de la unión y no introducen ninguna medida para hacerla más democrática.
Precisamente la manera como se ha negociado la resolución deja al descubierto donde queda la democracia de la Unión. En la toma de decisiones, los acreedores privados (o sea, los especuladores) estuvieron representados por el Presidente del Instituto de Finanzas Internacionales. También participaron algunos representantes de la banca privada, aunque no salieron en la foto final.
Por el contrario, no hubo ningún representante de la Confederación Europea de Sindicatos. Tampoco participaron los partidos políticos europeos.
Estamos, por tanto, ante una resolución adoptada por los oligarcas internacionales de las finanzas y en la cual no ha tenido cabida las voces de las víctimas de esta crisis.