12 jul 2011

¿Por qué el Dios cristiano es imposible?

LQSomos. Zerimar Ilosit. Julio de 2011.

Por  lógica son todos los Dioses y conceptos dogmáticos procedentes de una determinada religión, y estos desde tiempos inmemoriales vienen engañando el género humano. Es por tanto que aquí tratamos de hacer un recorrido más, principalmente por la que domina occidente, ya que en su momento nos fueron impuestas y aún continúa incidiendo.


Los cristianos, y nos referimos a todos aquellos que viniendo del judaísmo, tomaron ese nombre en vano, ya que consideran que la existencia de su Dios es una verdad obvia. Esa elevación es falsa, no apenas porque faltan cualesquiera evidencias para la existencia de ese “personaje” – que a pesar de “ser” omnipresente es invisible – aún porque la propia naturaleza que los cristianos le atribuyen a este Dios es auto contradictoria.

 Probamos una negativa universal. Se trata que como las religiones han sido inventadas por los hombres en algunos momentos de la historia, e igualmente lo fue la rueda, no es posible dar por hecho de que él exista, por muchas teorías, filosofías, dogmas, que puedan presentar todos y cada cual de los clérigos del pasado y presente. La rueda, ese sí es un hecho, y muy útil, como tantísimas otras cosas, que no vamos enumerar, la religión NO.

La alegación de que la omnisciencia es necesaria para probar una negativa universal presume que el concepto que estamos discutiendo es lógicamente coherente. Si los atributos que se le confieren a un objeto o ser hipotético son auto contradictorios, entonces podemos concluir que éste no puede existir y, por lo tanto, no existe. Tales objetos tienen atributos exclusivos que hacen su existencia imposible. Un cubo, por definición, tiene ocho vértices, mientras que la esfera no tiene ninguna. Tales propiedades son completamente incompatibles, no pueden estar contenidas simultáneamente en el mismo objeto.

Se pretende demostrar, una vez más, que las supuestas propiedades del Dios judío-cristiano, así como las de una esfera cúbica son incompatibles, y al hacerlo demostrar que la existencia de ese pretendido Jehová es absolutamente imposible.

La definición hecha por los cristianos es que dotaron a ese su Dios de todos los siguientes atributos: él es eterno, todo poderoso y creó todas las cosas; creó todas las leyes de la naturaleza y puede mudar cualquier cosa por medio de un acto de su sabia voluntad; es todo bondad, todo amor y perfectamente justo; es un Dios personal que experimenta todas las emociones de un ser humano; es todo sabiduría; ve todo el pasado, presente y futuro.

En un principio Dios hizo su creación perfecta, pero el hombre, al desobedecerlo trajo la imperfección al mundo. Los humanos son malos y pecadores, por lo que necesitan sufrir en este mundo debido a esa pecaminosidad. Él da a los humanos la oportunidad de aceptar el perdón de sus pecados, y todos aquellos que lo hicieren serán recompensados con la buena venturanza en el reino de los cielos. Sin embargo, mientras estén en la Tierra, deben sufrir por su causa. Todos aquellos hombres que decidieren no aceptar este perdón serán enviados a los terroríficos infiernos por toda la eternidad ya que para eso fueron creados...

Tales atributos de Jehová son relatados en el supremo libro, la Biblia, esa misma que los cristianos creen ser la palabra absoluta y verdadera de ese su pretendido Dios. Ellos aún insisten en confirmar que los ateos son imbéciles… Es que la ignorancia humana no tiene límites…

Demostraremos que los conceptos divinos que se les atribuyen a ese Dios, son completamente incompatibles, y aún revelar la imposibilidad de que todos ellos consisten simultáneamente en el mismo ser no hay cualquier objeción en negar lo imposible, por lo que el adorar a un Dios entra en esos conceptos.

La perfección busca aún más perfección. ¿Qué fue lo que ese Dios hizo durante aquella eternidad anterior a la creación de todas las cosas? Nos referimos, por supuesto, a todas las leyes del cosmos y naturaleza terrestre. ¿Estaba él aburrido, solitario y resolvió hacer un mundo en 6 días descansando el séptimo porque se hallaba cansado…?

Insisten diciéndonos que ese Dios es perfecto. Entonces, si algo es perfecto ese “algo” es completo – no necesita de cualesquiera otras cosas. Nosotros, los humano encajamos en actitudes porque estamos buscando una perfección esclarecedora, pues resulta que hay un desequilibrio causado por la diferencia entre lo que somos y lo que queremos ser. Si Dios es perfecto, como acostumbran insistir sus seguidores, entonces no puede haber desequilibrios. No hay cosas que él necesite, cualquier cosa que desee o cualquier cosa que deba o iría hacer. Un Dios que es perfecto no hace otra cosa que el existir. Un creador perfecto es imposible.

Sabido es que la perfección genera imperfección. Así pues, por mero ejercicio intelectual continuaremos poniendo los razonamientos sobre el papel. Supongamos por un instante de que ese Dios perfecto haya realmente creado el Universo. Los humanos fueron la cúspide de esa su creación. Ya que fuimos creados a su imagen y semejanza y el tener la habilidad de tomar decisiones. Entretanto, esos humanos destruyeron la perfección original y escogieron el desobedecerle.

¿Cómo eso puede ser posible? Si algo es perfecto, es obvio que nada imperfecto puede venir de él. Alguien ya dijo que un fruto malo no puede venir de un buen árbol. Se hace evidente, este Dios “perfecto” creó un Universo “perfecto” que se fue volviendo imperfecto por los humanos, que a su vez fueron “perfectos”.

Esto nos lleva a pensar que las fuentes de la imperfección vienen del propio Dios. Hay que reconocer que lo que es perfecto no puede hacerse imperfecto, es lícito pues que los humanos debieran haber sido creados imperfectos. Conclusión, un Dios perfecto que crea seres humanos imperfectos es absolutamente imposible.

Veamos el argumento del libre albedrío, o libertad de la voluntad humana. La objeción permanente de los cristianos ante este patético argumento envuelve, arrojan ese libre albedrío principalmente contra nosotros para sentirse felices. El aquí Dios todo bondad no quería crear robot, entonces le dio a los humanos el persistente libre albedrío para así posibilitarles y probar el amor y la felicidad. Abramos un paréntesis. Esa palabra no creemos que esté en la biblia, es más bien moderna y significa artefacto que ejecuta automáticamente cálculos y otras funciones de los seres humanos. Desde luego, los cristianos se han “sacado de la manga” de ese libro eso del libre albedrío… En consecuencias, los hombres escogieron el mal e introdujeron la imperfección en el Universo, originariamente perfecto. Dios no tenía  control sobre esta decisión, por lo que la culpa de la imperfección del Universo imperfecto es solamente de los humanos y no del Ser Supremo… La pregunta es obvia: ¿también lo que esté ocurriendo en Mercurio, Saturno o en la galaxia de Andrómeda…? 

Dejemos de lado el Universo, aún el hombre no ha llegado tan lejos físicamente y concentrémoslo en el propio Planeta Tierra.

Es oportuno mencionar que éste Dios todo bondad creó suficientes sufrimientos para el futuro y aún premeditado. Él es omnisciente. Cuando creó la Tierra sabía las desgracias que los humanos llegarían a soportar como resultado del pecado. Él ya escuchó los gritos de los condenados, desgraciados, inclusive el de los quemados en las hogueras por no creer en su muy amado hijo Jesús. Ciertamente él sabía que hubiese sido mejor para esos seres humanos el no haber nacido. La Biblia dice exactamente eso. ¿Es lícito un Dios perfectamente compasivo el crear deliberadamente seres para posteriormente llevarlos a los más horrendos sufrimientos? ¡Eso es imposible!

Punición imperfecta por los pecados finitos. Dios es perfectamente justo, eso dicen, pero aún así sentencia a los imperfectos humanos pues le creó el sufrimiento infinito en el infierno por pecados finitos. Esa es la sentencia divina hacia los seres humanos imperfecto a una eternidad en el infierno por unos pecados es un hecho injusto. El carácter absurdo de esta punición infinita se demuestra aún más cuando consideramos que la fuente misma de esa imperfección es el propio Dios  que lo creó. Un Dios perfectamente justo que sentencia su creación imperfecta a puniciones infinitas por pecados finitos es imposible de creérselo.

Consideremos a todas aquellas personas que viven en regiones remotas del mundo y que jamás escucharon el “evangelio” de Jesucristo. Todas ellas irán a perecer en el fuego eterno del infierno. No importa lo justa, bondadosas y generosas que esas personas fueron con sus semejantes durante toda la vida; si ellas no creen en el evangelio de Jesús, serán condenados… Sabido es que hoy ya no son tan estrictos en ese sentido como en un pasado no muy lejano, pero le dan vueltas al asunto para llevar la razón sobre su misericordioso Dios…

La Biblia es supuestamente la palabra perfecta de ese su Dios… El libro de los libros contiene instrucciones para que la humanidad evite las eternas llamas de infierno. ¡Qué maravilloso y bondadoso por parte de ese Ser el proporcionarles los medios de superar los problemas por los cuales él, en última instancia es el responsable de todo este tinglado!

El aquí Dios perfecto decidió revelar sus voluntades a través de esa obra imperfecta, escrita por hombres imperfectos. No es extraño que sobre lo dicho en ese libro los hombres nunca irán concordar sobre lo que realmente Dios haya dicho, pues resulta que gran parte de esa obra (o mejor decir toda), son auto contradictoria o oscurecidas por enigmas. Y aún así ese Dios perfecto espera que nosotros, imperfectos humanos entendamos esos absurdos enigmas paradójicos utilizando las mentes imperfectas con que él nos equipó.

No es necesario ser un ilustrado en algunas de las ciencias que el hombre ha venido explicando y desarrollando durante siglos para darse cuenta que la propia Biblia está llena de imperfecciones y se contradice desde el comienzo al fin al exponer sus propios absurdos. Destaquemos que ella se contradice en cuestiones de justicia; fue el mismo Jehová que infligió a millones de inocentes con plagas, guerras y muertes. Fue ese mismo Dios al haber fracasado en su propia creación, el permitir que su muy amado hijo Jesús fuese asesinado por los hombres. Consideremos los millones de seres humanos que fueron apedreados, quemados, estuprados, esclavizados, etc., debido al distorsionado censo de justicia de Jehová. La sangre de los inocentes deben está en las manos perfectas, justas y compasivas del Dios judío-cristiano…

El “cumplimiento” de las profecías bíblicas es citado como pruebas de la inspiración divina. Sin embargo, ella es el ejemplo de unas denominadas profecías cuyos significados originales fueron y continúan siendo distorsionados para así sustentar todo lo absurdo y falsedades que algunos hombres han llegado a inventar. No hay límites para que esos individuos crédulos, fanáticos, hagan por sustentar sus febriles y nocivas creencias cuando estas son confrontadas con evidencias contundentes y científicas.

Es solo hacer uso de la facultad de discurrir y apenas encontrar una simple imperfección para destruir la supuesta perfección del personaje Dios. Muchas han sido encontradas, pero aún continúan vigentes después de tantos siglos de engaños. Un dios que conoce el futuro es impotente para mudarlo. Un Dios omnisciente que es todo poderoso y dotado del libre albedrío es imposible. Un Dios que lo sabe todo no puede tener emociones. El polémico libro dice que Dios experimenta todas las emociones humanas, inclusive el odio, tristeza, felicidad… Nosotros los humanos experimentamos emociones como resultado de un nuevo conocimiento. Por ejemplo, un hombre o mujer que desconoce la infidelidad de su esposa o marido ira experimentar las emociones de odio y tristeza al descubrir esos hechos que para él/ella estaban ocultos. En contraste, el Dios omnisciente no es ignorante en relación a cualquier cosa o hechos. Nada está oculto para él, nada nuevo se le puede revelar. Por lo tanto, no hay maneras como adquirir un conocimiento al cual pueda relacionar emocionadamente. 

Nosotros lo humanos, experimentamos odio y frustraciones cuando algo está errado y somos impotentes para arreglarlos la mayoría de las veces. El Dios perfecto, omnipotente, entretanto podría arreglar cualquier cosa. Los humanos sentimos deseo de aquello que nos falta. Al Dios perfecto nada le falta. Un Dios omnisciente, omnipotente y perfecto que experimenta emociones es rotundamente imposible. 

Estas son las conclusiones a las que hemos llegado ante la imposibilidad de la existencia del Dios judío-cristiano, aún en relación con todas las otras religiones, pero que insistimos en ella por vivir en occidente. Ningún individuo racional y libre pensador puede aceptar la existencia de un ser cuyas naturalezas son tan contradictorias en relación a “ese” Jehová, o sea, el “perfecto creador” de nuestro imperfecto mundo. La existencia del Dios, en este caso llamado Jehová, e insistimos, como cualesquiera otros son tan imposibles como la existencia de la esfera cúbica, unicornios rojos, papá Noel, y un largo etcétera…

A pesar de que cualquier persona creyente en las diversas religiones existentes pueda encontrar satisfacciones en ser fieles a esos dogmas imposibles, nosotros tenemos la mayor satisfacción en poseer una mente lúcida, no mejor ni peor como humanos que somos. Ellos pueden escoger, aunque no siempre libremente, el servir a un Dios imposible, pero que en realidad son esclavos de ese insaciable clero que lo representan. Nosotros escogemos las realidades de la Naturaleza, de la vida a sabiendas que existe la muerte sin recompensas celestiales.