LQSomos. Zerimar Ilosit. Junio de 2011.
El artículo que traemos hoy es una crítica mayormente hacía el protestantismo, sin olvidar que es constructiva, y como es bien sabido éste surgió del propio tronco del cristianismo católico. El protestantismo en general del disidente Martín Lutero está cada vez teniendo más protagonismo, hasta el punto de que en muchos lugares está siendo substituido por el catolicismo romano donde éste había triunfado desde su invención o imposición.
Nos referimos concretamente en la América Latina. Lo estamos viendo desde que en los últimos años y principalmente desde que el belicoso presidente USA puso sus esbirros al servicio de su propio país y ha dado muy buenos resultados. Pero todo hay que decirlo, los pueblos continúan queriendo el opio que genera las religiones en prejuicio del de las ciencias. Veamos un algo de la manera que tienen de “evangelizar” estas sectas cristianas. “No se puede jamás subestimar el misterio misionero de la iglesia. La finalidad de ella es conseguir reunir a todas las almas (léase corderos) perdidas alrededor del mundo, principalmente en los días actuales. Esta revelación tiene el propósito de traer la palabra de Dios y la salvación para los que invoquen el nombre del Señor Jesús. ¿Pero como invocarlo si no tienen el conocimiento o no creen? Un punto fundamental para creer es la Fe”.
Aún insisten en que “creer no es lo mismo que tener “fe”. Según los predicadores, muchas personas dicen tener fe. Es obvio, ¿qué es la fe? ¿Fe en qué? ¿Qué tipo de fe es esa?
Según el diccionario consultado CREER es tener por cierto o verdadero una cosa. Aceptar como verdad las palabras. Tener fe o creencia, sobre todo religiosa. FE, creencia religiosa o valores espirituales. Conjunto de dogmas y de doctrinas que constituyen un culto en una determinada religión. La primera de las virtudes teologales, en el catolicismo.
Así pues, a nuestro humilde entender “creer” y “fe” no tienen diferencias, a no ser que este trate o se esté refiriendo a otro conjunto gramatical en que pudiera tratarse de otras cosas.
En el mundo actual, sin ninguna diferencia en muchos aspectos con el del pasado, está lleno de oportunistas con tentadoras ofertas para atraer la atención de todos los ingenuos, o aquellos otros que ven en esa u otras religiones, un medio de enriquecerse, pues esos son los únicos fines que justifican las religiones.
Según las distintas sectas en las que se basan sus iluminados pastores, somos bombardeados con novedades creadas por esos hombres, sacadas de sus omniscientes libros y que estas garantizan las soluciones de la vida a corto plazo para todos los problemas cotidianos. Ellos insisten en que para tener acceso a tales novedades lo que debemos hacer es aceptarlos, creerlos, en definitivas, tener fe y no dudar de esa palabra que es la de dios.
Todo esto es un cúmulo de mentiras y engaños. Estas propagandas, en definidas cuentas están haciendo lo mismo que han hecho y hacen otras o cualquiera de las religiones: predicar lo artificioso. Nosotros hemos padecido y padecemos aún a la religión católica, no lo olvidemos. Resulta que la ciencia, con sus errores y aciertos nunca ha sido ni será un dogma de fe. Ella no lo sabe todo, pero sí muchísimo más que aquellos pastores nómadas y fanáticos de la península arábiga que se sacaron un dios de la lana de sus ovejas. En conclusión: las religiones no saben nada, a pesar del peso específico que durante milenios han tenido y que aún perdura.
Sin embargo, su misión es insistir y mismo que no usen la inquisición, de la cual tienen nostalgias, practican, eso sí, la del lavado de cerebros. Veámoslo: “¿Será que las novedades del mundo actual vienen de Dios? ¿Será que si aceptamos y depositamos nuestra fe en esas novedades creadas por el hombre estamos agradando a Dios ¿Será que las novedades del mundo actual les agradan a Dios? Sepan que la fe que le agradas a Dios es la que está revelada en sus Sagradas escrituras. La fe verdadera es la única depositada solamente por Dios”.
Esa fe que tanto “le agrada a dios” ocurre que ella es una obediencia ciega, y como ellos insisten en que esa fe es bastante simple, ¿por qué por otro lado tienen tantos misterios insondables? ¿Por qué machacar que ese dios escribe “renglones torcidos”? ¿Es que en su inmenso poder omnipotente y omnisciente no es suficiente como el que todo lo puede y el que todo lo sabe…?
Los creyentes, tanto protestantes como católicos creen firmemente que el tratado bíblico-evangélico es superior a las ciencias porque nunca mudan. Por otro lado ellos dicen que esos conocimientos de las cosas por sus causas “no se deciden” en cualquier momento salen con nuevas explicaciones sobre esas cosas. Sin embargo, cabe decirles a los “iluminados por la gracia divina” que los que nunca mudan de ideas son burros, obstinados porque creen que encontraron “unas verdades”, y con el recochineo de “eternas”; pero resulta que nada es verdad hasta que se prueben.
El mudar de ideas cuando se ha encontrado un error, eso es evolución. Agarrarse a las viejas ideas sin atreverse a cuestionarlas es permanecer estancados. Fue precisamente el constante mudar de ideas que la ciencia nos sacó desde las cavernas hasta la luz de la actualidad. Los libres pensadores han ido mudando de ideas ignorando las moralidades fosilizadas de la biblia-evangelios, al igual que algunas sociedades, infelizmente no todas, abandonaron la práctica de la esclavitud y el tratar a las mujeres como seres inferiores, por poner solo dos ejemplos.
Además de eso, la biblia y su homologo evangelios, tienen varias versiones, también millares de interpretaciones, dando orígenes a otras muchas sectas y son esas las interpretaciones que les interesan. Los que dicen seguir esos libros porque son como “pozos de sabiduría”, con “palabras inmutables e inerrantes de dios”, están en “sus” verdades sin percibir sus propias opiniones y preconceptos, mismo usando esos libros para legitimarse. Eso hace a la tal “palabra de dios” tan mutable y adaptable como ocurre con las ciencias, ahí con las desventajas de que temprano o tarde científicos acaben entrando en un acuerdo sobre nuevas teorías, lo que nunca ha ocurrido en el caso de la religión y sus arrogantes libros.
Conviene recordarles a estos señores creyentes, que la ciencia también produce buenos resultados y prácticos y nada más mocionaremos las vacunas, cirugías, trasplantes, prótesis, medicamentos e inyecciones dentro de la medicina moderna, esas mismas que ellos son los primeros a hacer uso de ella, algunos otros al ver que sus muchas oraciones y promesas de misas y “excursiones” a cuantos santuarios famosos hubieren, a empezar por los marianos, viendo que no dan soluciones acuden a las ciencias. Pero eso sí, si ésta sale victoriosa, aún tienen la desfachatez de decir aquellas gastadas e inservible palabras de: “gracias a dios”.
Así mismo estos avances científicos pueden estar incompletos y hasta erróneos algunas veces, pero los resultados en la mayor parte son positivos, son reales y sino que me lo pregunten a mí, por experiencias propias al haber entrado un montón de veces en quirófano.
¿Y la religión? ¿Qué nos ha traído de palpable a no ser siglos de oscurantismos? Por eso preguntamos: ¿lo qué mudaría para nosotros si ella desapareciera de la faz de la Tierra? Miles de otras religiones ya lo han hecho, muchas sin dejar vestigios, otras duraron cientos de años, pero en el fin sucumbieron, las de la actualidad esperemos también lo tengan y no tarde mucho y al final la humanidad seguirá hacía adelante.
Así pues, una vez más y todas las que sean necesarias: Respetemos a aquellos que buscan las verdades, desconfiemos de aquellos otros que dicen la han encontrado en la espiritualidad y chorradas semejantes. Insistimos, toda nuestra ciencia, comparada con la realidad y con lo que aún le queda por avanzar es primitiva e infantil, pero sin embargo, hoy como en el ayer, es la cosa más maravillosa que tenemos, que no nos la quiten, que no nos la violen y ultraje inquisitorialmente.