LQSomos. Giorgio Trucchi*. Mayo de 2011.
Centenares de miles de hondureños y hondureñas provenientes de todo el país se reconcentraron desde primeras horas de la mañana de ayer (28/5) en la Plaza Isis Obed Murillo, al sur del aeropuerto internacional de Toncontín en Tegucigalpa, para dar la bienvenida al ex presidente Manuel Zelaya, quien regresaba al país después de 16 meses de exilio en República Dominicana.
Hombres, mujeres, jóvenes, niños, ancianos abarrotaron el lugar, con sus banderas y mantas rojas con las letras del FNRP (Frente Nacional de Resistencia Popular) - movimiento de oposición al golpe de Estado -, minuciosamente preparadas en los últimos días gracias al incansable trabajo voluntario de centenares de jóvenes.
La expectativa de ver realizada una de las principales demandas de la Resistencia hondureña, el regreso del ex presidente y coordinador nacional del FNRP, Manuel Zelaya, los hizo aguantar por más de ocho horas bajo el fuerte sol característico del inicio del invierno hondureño.
“La gente estaba desesperada por ver a su coordinador nacional. Ahora el sueño se vuelve realidad y vamos hacia la Constituyente para refundar a Honduras”, dijo Dionisia Díaz, la “abuela de la Resistencia”, que por casi dos años recorrió las calles del país en protesta contra el golpe del junio de 2009.
Pese a que la llegada de Zelaya se atrasó en casi tres horas, las personas se mantuvieron firmes en su lugar, cantando, coreando sus consignas y aplaudiendo a los artistas que entretenían a la multitud.
“El regreso de Zelaya es el resultado de la lucha de un pueblo indomable. Un pueblo que hizo milagros, porque supo organizarse, movilizarse, crecer políticamente a pesar de la represión y los asesinatos. Ahora este pueblo tiene esperanza y el regreso de Zelaya es el primer paso de una nueva etapa de lucha”, dijo a Opera Mundi el miembro del Comité Ejecutivo Nacional del FNRP, Carlos H. Reyes.
Llegada
Cuando a las 14h22 locales el avión venezolana aterrizó en el aeropuerto de Toncontín, la gente comenzó a corear consignas como “Sí, se pudo”. “De la resistencia al poder popular”, gritaban mientras Zelaya y sus acompañantes, entre ellos el canciller venezolano Nicolás Maduro, la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, el ex presidente panameño Martín Torrijos, el secretario de Estado dominicano Miguel Mejía y varios exiliados, subían a la tarima principal.
Zelaya saludó a la multitud agitando su sombrero y agradeció al pueblo hondureño y a todos los sectores comprometidos con la lucha de resistencia por haber sido los verdaderos artífices de su regreso. También agradeció a la comunidad internacional por el respaldo brindado a lo largo de estos dos años, y conmemoró a los caídos de la Resistencia.
Durante su intervención, se dio lectura al Acuerdo de Cartagena, firmado por él y el presidente Porfirio Lobo el domingo pasado (22/5), en el marco del proceso de mediación impulsado por los presidentes de Venezuela y Colombia. Al remarcar la importancia del Acuerdo “como un primer paso hacia la reconciliación”, el ex presidente enfatizó la necesidad de velar por su cumplimiento.
Finalmente, invitó al gobierno norteamericano a rectificar su política exterior hacia Honduras y Centroamérica. “Permítanos hacer democracia en América Latina, porque no hay que tenerle miedo al sistema democrático, dijo Zelaya. “Gracias por esta victoria que es de la Resistencia. Y ahora vamos hacia la construcción del poder popular”, concluyó.
Retos
Pese al justificado entusiasmo por el regreso de Zelaya, varias organizaciones que integran el FNRP señalaron la importancia de no olvidar lo que ha ocurrido en Honduras en los últimos dos años. “Hacemos un llamado al pueblo a no olvidar, ni perdonar, y a seguir luchando para lograr la refundación de nuestro país. No puede haber reconciliación, ni reconocimiento del régimen hasta que no se castiguen los represores y termine la impunidad”, afirmó la coordinadora del COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) Bertha Cáceres.
Según el sociólogo y analista político Eugenio Sosa, con el regreso de Zelaya se cierra un ciclo “marcado por la lucha popular anti-golpe” y se abre uno nuevo, que es “la construcción de un nuevo instrumento político que apunta a la disputa electoral para la toma del poder”.
De acuerdo con su análisis, Zelaya y el FNRP deben aprovechar el entusiasmo de la población. “La gente ha visto que con la lucha se puede lograr algo importante y quiere trabajar, pero no sabe como canalizar esta energía. En este sentido – continuó Sosa – “Zelaya y el Frente deben estructurar de inmediato una estrategia política y de poder. Si no se diera ese paso en los próximos meses, es posible que se genere confusión, dispersión y pugnas internas, desperdiciando esa unidad en la diversidad que caracteriza al FNRP”, concluyó.
* Fuente original en portugués
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