LQSomos. Giorgio Trucchi*. Abril de 2011.
No para la matanza en medio del silencio y la impunidad.
Ya son 27 los integrantes de organizaciones campesinas del Bajo Aguán que han sido asesinados en los útimos 15 meses. Una matanza que hunde sus raíces en el acaparamiento de tierra por parte de unos cuantos terratenientes y productores palmeros, en la lucha por la sobrevivencia de miles de familias campesinas, y en el desinterés del régimen para buscar soluciones reales y equitativas al conflicto.
El día de ayer (10/5), José Paulino Lemus Cruz, 30 años, miembro de la Cooperativa Brisas del Edén que forma parte del Movimiento Campesino del Aguán (MCA), fue ultimado de un balazo en el pecho mientras se trasladaba de la comunidad Guadalupe Carney a Los Leones, en la margen izquierda del río Aguán.
Según una primera reconstrucción de los hechos, Lemus Cruz fue interceptado y asesinado por desconocidos y su cuerpo fue encontrado con las pertenencias personales, por lo cual sus compañeros descartan que la causa del asesinato haya sido el robo.
El pasado 7 de mayo, fue asesinado Henry Roney Díaz, miembro de la Cooperativa El Despertar que forma parte del Movimiento Auténtico Reivindicador de Campesinos del Aguán (MARCA). El hecho ocurrió durante un intento de desalojo por parte de los cuerpos represivos del Estado, que también dejó gravemente herido a Manuel Vásquez, miembro de la misma cooperativa.
Esta grave situación, a la que se suman las reiteradas denuncias de hostigamiento, persecución y amenazas contra miembros y directivos de las organizaciones campesinas del Bajo Aguán, se enmarca en un contexto de total impunidad y desinterés del régimen para resolver el conflicto.
Ante esta dramática situación, algunas de las organizaciones campesinas han decidido volver a iniciar un proceso de recuperación de las tierras que reivindican como propias. En los últimos días, el MARCA tomó las fincas La Trinidad, El Despertar y San Esteban, mientras que el Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) la cooperativa Guanchías.
El pasado 5 de mayo, durante un primer intento de desalojo de la finca La Trinidad, dos miembros del MARCA fueron gravemente heridos.
Actualmente, centenares de familias campesinas se encuentran atrincheradas y sus tierras cercadas por fuertes contingentes de militares, policías y guardias de seguridad de los terratenientes palmeros. A muchas de ellas se les están acabando los alimentos y el agua, y no pueden salir por temor a ser asesinadas.
De acuerdo con un comunicado difundido ayer, FIAN Honduras expresa “su profunda preocupación e indignación por la violencia incontrolable que ya ha cobrado tantas vidas humanas, sin que haya instancia estatal a la que se pueda acudir para detenerla”.
También hace un llamado a la solidaridad nacional e internacional para que “ejerza la presión necesaria sobre el régimen, para contener esta ola de violencia que afecta en casi su totalidad a los sectores sociales menos favorecidos, en un país en donde la riqueza se concentra cada día más”.
Finalmente, FIAN Honduras senaló que de persistir la estrategia de resolver los conflictos agrarios mediante la represión, lo único que se logrará serán más muertos y heridos y más tomas de tierras, “porque lo que mueve a los campesinos es la necesidad de sobrevivir”, concluye el comunicado.