LQSomos. Antoni Puig Solé. Febrero de 2011.
La Seguridad Social no es responsable de los déficits presupuestarios. El presupuesto gubernamental tuvo excedentes durante años. Pero la situación se invirtió, debido a los recortes fiscales y a la recesión económica que golpearon una parte de los ingresos.
En cambio, la Seguridad Social ha continuado recaudando lo suficiente para garantizar los pagos de las prestaciones sociales. El equilibrio se ha logrado, básicamente por dos razones:
1 . No bajaron los porcentajes de las cotizaciones sociales.
2 . Una parte de los parados accedieron a la prestación de paro contributiva o al subsidio de mayores de 52 años y esto les permitió mantener la cotización.
Pero esta situación se puede modificar si el paro sigue siendo obstinadamente elevado, cristaliza el paro de larga duración y una parte de los parados agotan la prestación contributiva y no encuentran trabajo.
En el supuesto de que la situación actual no se modifique, en los próximos meses los ingresos de la Seguridad Social tenderán a disminuir. Pero incluso bajo este escenario pesimista, en general, la Seguridad Social no generará ningún déficit escandaloso. En cambio, el estancamiento económico y el pago de los intereses que acompañan a la deuda público, agravaría todavía más el declive de los ingresos fiscales y haría mucho más escandaloso el déficit presupuestario.
Para garantizar la viabilidad futura de la Seguridad Social es necesario mejorar las condiciones de trabajo y ocupación de la población activa. Pero esto todavía es más necesario si queremos superar los desajustes presupuestarios, que cómo se ha visto recientemente, son más sensibles a los vaivenes económicos de lo que lo es la Seguridad Social.
En cambio, la Seguridad Social ha continuado recaudando lo suficiente para garantizar los pagos de las prestaciones sociales. El equilibrio se ha logrado, básicamente por dos razones:
1 . No bajaron los porcentajes de las cotizaciones sociales.
2 . Una parte de los parados accedieron a la prestación de paro contributiva o al subsidio de mayores de 52 años y esto les permitió mantener la cotización.
Pero esta situación se puede modificar si el paro sigue siendo obstinadamente elevado, cristaliza el paro de larga duración y una parte de los parados agotan la prestación contributiva y no encuentran trabajo.
En el supuesto de que la situación actual no se modifique, en los próximos meses los ingresos de la Seguridad Social tenderán a disminuir. Pero incluso bajo este escenario pesimista, en general, la Seguridad Social no generará ningún déficit escandaloso. En cambio, el estancamiento económico y el pago de los intereses que acompañan a la deuda público, agravaría todavía más el declive de los ingresos fiscales y haría mucho más escandaloso el déficit presupuestario.
Para garantizar la viabilidad futura de la Seguridad Social es necesario mejorar las condiciones de trabajo y ocupación de la población activa. Pero esto todavía es más necesario si queremos superar los desajustes presupuestarios, que cómo se ha visto recientemente, son más sensibles a los vaivenes económicos de lo que lo es la Seguridad Social.