LQSomos. Giorgo Trucchi*. Enero de 2011.
En el primer aniversario de la toma de posesión del presidente de Honduras, Porfirio Lobo, el presidente derrocado Manuel Zelaya, exiliado en República Dominicana, divulgó una carta en la que lamenta los resultados “desalentadores y negativos” de la actual gestión y criticó el intento de Lobo de reintegrar a Honduras en la OEA (Organización de Estados Americanos) y a otros organismos internacionales.
Para Zelaya, la situación socioeconómica y política del país empeoró desde la llegada de Lobo al poder, seis meses después del golpe de Estado, el 28 de junio de 2009. “El desempeño económico del país ha sido negativo, con todos los indicadores básicos mostrando declive, endeudamiento y con el aumento de la canasta básica, de los combustibles y la energía eléctrica. El aumento de la inseguridad jurídica y del crimen en Honduras nos ha colocado entre los tres países más violentos del mundo”, escribió.
Analizando los intentos hechos para que Honduras regrese a los organismos internacionales y para que el gobierno Lobo sea reconocido, Zelaya resaltó que “las demandas planteadaspor la comunidad latinoamericana han sido alevosamente eludidas e ignoradas” por el actual gobierno. Según Zelaya, el hecho de que Honduras permanezca aislada “es considerado en todo el continente como un claro fracaso”.
Países que habían suspendido relaciones después del golpe, ya normalizaron las relaciones bilaterales. Entre ellas está la mayoría de países centroamericanos, además de Estados Unidos, México y Chile. Mientras tanto, países como Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador siguen condicionando el reconocimiento del actual gobierno al regreso de Zelaya.
“Ante estas circunstancias, llamamos nuevamente al pueblo a ser vanguardia en la lucha y al gobierno, a reconsiderar sus posturas, para terminar con la persecución política y la represión masiva y selective contra la resistencia”, concluyó el ex presidente.
Reformas
Zelaya elogió la aprobación de reformas al artículo 5 de la Constitución hondureña, “una respuesta correcta hacia las aspiraciones del pueblo”. El presidente derrocado y el FNRP (Frente Nacional de Resistencia Popular) están a favor de las enmiendas, pero criticaron su uso político.
La reforma del artículo 5 de la Constitución amplió la figura del plebiscito y referéndum y eliminó muchas de las restricciones legales que, de hecho, hacián imposible su aplicación.
Según Tomás Andino, miembro de la Comisión de Análisis del FNRP y ex diputado del Partido de Unificación Democrática (UD), la reforma sería “una trampa más del gobierno norteamericano para consolidar el actual gobierno” y preparar las condiciones para el proceso electoral de 2013.
Durante el mes de diciembre de 2010, un juzgado común inició a limpiar el expediente de Zelaya de las acusaciones que motivaron el golpe. Además, están estudiando una amnistía política en doble vía, que incluye a los responsables del golpe, y ahora el plebiscito y el referéndum quedan sin restricciones.
Para Andino, los Estados Unidos creen que “para cerrar la crisis abierta con el golpe de Estado, es necesario debilitar la beligerancia de la Resistencia” a través del regreso “de un Zelaya moderado, que se reinserte a la vida política del país bajo sus reglas del juego”.
Para Zelaya, la situación socioeconómica y política del país empeoró desde la llegada de Lobo al poder, seis meses después del golpe de Estado, el 28 de junio de 2009. “El desempeño económico del país ha sido negativo, con todos los indicadores básicos mostrando declive, endeudamiento y con el aumento de la canasta básica, de los combustibles y la energía eléctrica. El aumento de la inseguridad jurídica y del crimen en Honduras nos ha colocado entre los tres países más violentos del mundo”, escribió.
Analizando los intentos hechos para que Honduras regrese a los organismos internacionales y para que el gobierno Lobo sea reconocido, Zelaya resaltó que “las demandas planteadas
Países que habían suspendido relaciones después del golpe, ya normalizaron las relaciones bilaterales. Entre ellas está la mayoría de países centroamericanos, además de Estados Unidos, México y Chile. Mientras tanto, países como Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador siguen condicionando el reconocimiento del actual gobierno al regreso de Zelaya.
“Ante estas circunstancias, llamamos nuevamente al pueblo a ser vanguardia en la lucha y al gobierno, a reconsiderar sus posturas, para terminar con la persecución política y la represión masiva y selective contra la resistencia”, concluyó el ex presidente.
Reformas
Zelaya elogió la aprobación de reformas al artículo 5 de la Constitución hondureña, “una respuesta correcta hacia las aspiraciones del pueblo”. El presidente derrocado y el FNRP (Frente Nacional de Resistencia Popular) están a favor de las enmiendas, pero criticaron su uso político.
La reforma del artículo 5 de la Constitución amplió la figura del plebiscito y referéndum y eliminó muchas de las restricciones legales que, de hecho, hacián imposible su aplicación.
Según Tomás Andino, miembro de la Comisión de Análisis del FNRP y ex diputado del Partido de Unificación Democrática (UD), la reforma sería “una trampa más del gobierno norteamericano para consolidar el actual gobierno” y preparar las condiciones para el proceso electoral de 2013.
Durante el mes de diciembre de 2010, un juzgado común inició a limpiar el expediente de Zelaya de las acusaciones que motivaron el golpe. Además, están estudiando una amnistía política en doble vía, que incluye a los responsables del golpe, y ahora el plebiscito y el referéndum quedan sin restricciones.
Para Andino, los Estados Unidos creen que “para cerrar la crisis abierta con el golpe de Estado, es necesario debilitar la beligerancia de la Resistencia” a través del regreso “de un Zelaya moderado, que se reinserte a la vida política del país bajo sus reglas del juego”.