LQSomos. Teodoro Santana*. Febrero de 2011.
Por unanimidad unánime, el parlamentillo que padecemos en Canarias ha aprobado una Proposición No de Ley que insta al gobierno autonómico a que dedique el Día de las Letras (de) Canarias 2012 a Blas Cabrera Felipe. Ni una de sus tripartitas señorías (CC-PP-PSOE) quiso o pudo caer en la cuenta de que el republicano lanzaroteño, muerto en el exilio en México en 1945, no era escritor ni lo pretendía. Por el contrario, fue un excepcional físico experimental pero, claro, que tendrá que ver el culo parlamentario con las témporas literarias.
Los tribunos de la CACA (Comunidad Autónoma Canaria) persisten así en una obsesión que ha caracterizado durante siglos a la burguesía criolla: negar, ningunear y hasta putear la literatura canaria, al igual que han barrido y falseado nuestra historia y toda nuestra cultura. Alguna razón deben tener al hacerlo, que debe ser cosa bien peligrosa. Por algo no se enseña en nuestras escuelas ni en nuestros institutos.
Claro que no hay que descartar el factor convolvuláceo, esto es, el que sus señorías sean unánimemente unos batatas y que su objetivo sea propagar aún más su perniciosa enfermedad abatatando al personal. Indicios más que suficientes de esta explicación se encuentran en la televisión autonómica y en las dos universidades isleñas.
Sé que uno debería ponerse más sesudo y hacer aquí una defensa de los escritores canarios –esos perfectos desconocidos– y de la magnífica literatura que han producido y, a pesar de sus unánimes señorías, siguen produciendo, pero la verdad es que provoca una pereza invencible. Y claro, uno no cobra los sueldos de sus unánimes señorías en el campo de azur.
Sí, Rafael Romero, muy poco ha cambiado en la mente de los prebostes coloniales de Platanópolis desde que empezaste a publicar hace 95 años Banana Warehouse en el periódico Ecos. La podedumbre de las meninges sigue gobernándonos, anulándonos, vampirizándonos.
“Mit der Dummheit kämpfen Götter selbst vergebens”, explicaba Schiller: “contra la estupidez, los mismos dioses luchan en vano”. Váyanse a la mierda sus señorías. Unánimemente, a ser posible.